Procesamiento de la sangre
Una vez efectuada la extracción -sea en colecta móvil, sitio fijo en un hospital o en nuestra Casa del Donante Altruista- la sangre debe procesarse, fraccionarse y analizarse para asegurarnos de que llegue en las mejores condiciones al paciente que la necesita. Para ello, cada bolsa de sangre extraída se coloca en un pequeño recipiente que se centrifuga a una velocidad, aceleración, tiempo y temperatura controlados. El objetivo es separar sus componentes en función de su densidad.
Con este proceso se pueden apreciar las capas diferenciadas de cada bolsa de sangre. En la parte superior quedará el plasma, en el centro se observa la capa leucoplaquetaria y, por último, en la parte inferior se encuentra el concentrado de glóbulos rojos, que contienen la hemoglobina que da el característico color rojo a la sangre.
Productos sanguíneos
Glóbulos rojos: una vez centrifugada la sangre, a la bolsa de glóbulos rojos se le retira un porcentaje de leucocitos para evitar posibles reacciones adversas en los receptores. Estas bolsas cuentan con una solución conservante (SAG-Manitol) que permite su viabilidad a 4ºC durante 42 días. En la etiqueta también se indica el grupo sanguíneo y el Rh, necesarios para determinar la compatibilidad entre la sangre donada y el receptor.
Plasma: debe congelarse dentro de la primera hora de obtenido para preservar los factores de coagulación. Después se conserva a temperaturas de -30º C durante un año.
Plaquetas: se obtienen luego de centrifugar la capa leucoplaquetaria. Su duración es de cinco días y se mantienen a 22° C y en constante agitación.
La ruta de la sangre
Usos de la sangre
En la actualidad, el uso de sangre total es excepcional, sólo en casos muy severos de pérdida de sangre. Lo habitual es que se separen en sus componentes.
Glóbulos rojos: su función principal es distribuir el oxígeno a los tejidos y transportar el CO2 de desecho de vuelta a los pulmones.se usan para tratar las anemias que no pueden ser corregidas con medicamentos, como en algunos cánceres y algunas enfermedades de la sangre. También son esenciales para reemplazar las pérdidas de glóbulos rojos en accidentes, cirugías y partos.
Plaquetas: las plaquetas se utilizan en casos de insuficiencia de la médula ósea, en tratamientos de quimioterapia y leucemias, posterior a trasplantes. Pueden ser de gran beneficio para los pacientes.
Plasma: el plasma fresco congelado se usa en las hemorragias obstétricas, en cirugías cardíacas y para revertir el efecto de un tratamiento anticoagulante. También para reponer los factores de coagulación en hemorragias masivas o cuando no se producen adecuadamente, como en algunas enfermedades hepáticas. Además, existe el plasma procesado que tiene usos muy importantes, por ejemplo en el tratamiento de la hemofilia. El procesamiento del plasma nos provee de anticuerpos contra algunas enfermedades como el tétano, la hepatitis, la rabia y la varicela. Con él, se genera anti-D, el cual se usa en embarazadas RhD negativo con un bebé RhD positivo. En el plasma encontramos una proteína llamada albúmina que es muy beneficiosa para los pacientes quemados.
¿Por qué la sangre es vital?
Todos sabemos que la sangre literalmente salva vidas en casos de accidentes y que ayuda en el proceso de recuperación de personas sometidas a algunos tratamientos o intervenciones quirúrgicas. Pero para algunos, cuya enfermedad es extrema, una transfusión puede ayudar a mejorar su calidad de vida.
Transfusión
Una transfusión sanguínea es un procedimiento en el cual se infunde sangre a los vasos sanguíneos a través de una vía venosa.
Los usos más frecuentes de la sangre son:
-Cirugía 30%
-Hematología 18%
-Hemorragia digestiva 11%
-Anemia 30%
-Maternidad 6%
-Otros 5%